El emoliente es una bebida que, como ya se mencionó en otras entradas, tradicionalmente se bebe en la calle. Muchas carretillas de "emolienteros" se posicionan en una esquina desde las 4 am hasta al rededor de las 10 am para atender a los más madrugadores, quienes pueden ser desde obreros de construcción hasta profesores de secundaria!. Sirven mayormente su emoliente con su respectivo pan francés o bizcocho para que así, acompañe a la bebida que, sirve de desayuno para todos estos limeños trabajadores. Doña Isabel es una de esas emolienteras. Ella siempre está en la esquina de un mercado local , muy puntualmente viene con su carretilla a las 5 y media am. y saca todas sus botellas que contienen los ingredientes del emoliente perfecto, junto con su agua de piña , su "Amargo" (bebida de color marrón, que le hace verdadero honor a su nombre) y unos cuantos bancos para que los primeritos en llegar se pongan cómodos. A medida que la mañana avanza la gente se va acumulando más y más, los pedidos son cada vez mayores, y doña Isabel se ve cada vez más atareada. Felizmente, su sobrina Rocío está para ayudarla, y cada vez que ve que se van acabando los ingredientes, va corriendo a otro puesto para traer lo que falta, además de ayudarle a cobrar a los clientes. ¿A cuánto el vaso seño? le preguntan los que por primera vez van a su puesto ( la mayoría son clientes desde hace años), y ella responde apurada : "Un sol, joven". Con el gran optimismo que caracteriza a los peruanos, Doña Isabel ha estado trabajando en esta esquina desde hace más de 18 años, y aunque no gana poco, ella confiesa que nunca dejaría su puesto y su trabajo, pues le tiene demasiado cariño a sus emolientes y a sus clientes, quienes religiosamente van a su puesto todos los días.
